Soria es una de las provincias más tranquilas y con mayor encanto de Castilla y León, perfecta para recorrer en furgoneta o autocaravana. Su baja densidad de población y la gran cantidad de pueblos tradicionales la convierten en el escenario perfecto para un viaje por carretera sin prisas, descubriendo paisajes sorprendentes y rincones que parecen detenidos en el tiempo.

De esta forma, viajar en furgoneta permite moverse a tu ritmo, parar donde se quiera y aprovechar al máximo la experiencia. Este viaje comienza en la capital, conociendo las leyendas de Soria y continua hacia los pueblos más apartados de la provincia. El roadtrip por Soria ofrece murallas medievales, castillos, plazas y parajes naturales que merecen ser explorados con calma. Además, la provincia también cuenta con una gastronomía tradicional digna de mención. Webs como Dónde Comer Sano ofrecen una recopilación de restaurantes en esta y otras provincias de Castilla y León, enfocándose en la gastronomía local y sostenible.

En este artículo, vamos a ver una ruta por algunos de los pueblos y lugares que no pueden faltar en cualquier itinerario. Cada uno tiene su propio carácter y atractivos, por lo que combinar varios en un mismo viaje permitirá disfrutar de la auténtica esencia soriana y de la libertad que da viajar sobre cuatro ruedas.

Soria capital, el punto de partida

La ciudad de Soria es un excelente punto de inicio para un roadtrip por la provincia. En la ciudad se pueden visitar joyas como la iglesia de San Juan de Rabanera y el claustro de San Juan de Duero, un espacio mágico junto al río con arcos románicos únicos en España. También destaca la concatedral de San Pedro, con su imponente portada y su claustro.

Un lugar imprescindible es la ribera del Duero, donde se encuentra el monasterio de San Saturio, enclavado en la roca y rodeado de un paisaje espectacular. En este lugar hay que subir para ver las mejores vistas de la ciudad, sobre todo al atardecer. En el centro, la Plaza Mayor y el Collado son lugares destacados para sentir el ambiente soriano y probar su gastronomía. Tapas con torreznos, migas y platos de caza son algunas de las delicias que no pueden faltar antes de continuar el viaje hacia los pueblos de la provincia.

Calatañazor, donde el tiempo se detuvo

Calatañazor es uno de los pueblos más emblemáticos de Soria, famoso por su memoria medieval. Sus calles de piedra y su entramado de casas de madera transportan al visitante a otra época. Se trata de un conjunto histórico que ha conservado su esencia a lo largo de los siglos.

El castillo en ruinas, situado en lo alto del pueblo, ofrece unas vistas espectaculares de la llanura soriana. Muy cerca se encuentra el sabinar de Calatañazor, un bosque de sabinas centenarias que constituye uno de los ecosistemas más singulares de Europa y es perfecto para una caminata tranquila. Además, la leyenda dice que aquí “perdió Almanzor su tambor”, haciendo referencia a la derrota del caudillo musulmán. Este detalle histórico añade un componente adicional a la visita y lo convierte en un lugar para los amantes de la historia.

Monteagudo de las Vicarías, un castillo de cuento

Monteagudo de las Vicarías es uno de esos pueblos que sorprenden por su enorme cantidad de monumentos. Su principal atractivo es el castillo-palacio de los Hurtado de Mendoza, una fortaleza que domina la localidad y que se encuentra en excelente estado de conservación. En él, destacan sus murallas, que permiten hacer un viaje a la Edad Media.

Otro lugar destacado es la iglesia de Nuestra Señora de la Muela, de estilo gótico, y el puente sobre el embalse de Monteagudo, que ofrece unas vistas impresionantes del entorno. El paisaje de la zona es perfecto para hacer una parada larga y disfrutar de la tranquilidad que caracteriza a este rincón de Soria. Al ser un pueblo pequeño y con poco tráfico, es fácil aparcar la furgoneta y recorrerlo a pie sin problemas.

Medinaceli, el arco romano de Soria

Medinaceli es uno de los pueblos más bonitos de la provincia y está considerado uno de los más bellos de España. Su principal emblema es el arco romano de tres vanos, el único de este tipo que se conserva en la península ibérica. Este monumento recibe a los visitantes a la entrada del pueblo.

El casco histórico es otro lugar perfecto para relajarse, con lugares como la plaza Mayor porticada, el palacio Ducal y las ruinas del antiguo castillo. Desde el mirador de la plaza se pueden contemplar las llanuras sorianas y los cambios de luz al atardecer. Por otro lado, Medinaceli también es conocida por su oferta cultural, ya que se encuentra la Fundación DEARTE, que organiza exposiciones de arte contemporáneo en un entorno histórico, lo que crea un contraste muy llamativo.

Vinuesa, la puerta a la Laguna Negra

Vinuesa es una de las joyas naturales de Soria, ubicada a las puertas de la Sierra de Urbión. Sus calles y casas de piedra, con balcones de madera, y la iglesia de Nuestra Señora del Pino, hacen de este pueblo un lugar lleno de encanto.

Desde Vinuesa se accede fácilmente a la famosa Laguna Negra, uno de los parajes más misteriosos y espectaculares de la provincia. El trayecto en furgoneta hasta el aparcamiento es un paseo entre pinares, y, desde allí, se puede subir caminando o en bus lanzadera hasta la laguna. Este entorno permite practicar senderismo, rutas en bicicleta o simplemente disfrutar de una excusión rodeado de naturaleza.