Si estás buscando una aventura única en carretera, viajar por Suiza en furgoneta es la oportunidad perfecta. Este pequeño, pero majestuoso país, ofrece una combinación de montañas imponentes, lagos, pintorescos pueblos alpinos y una rica herencia cultural. Desde las alturas de los Alpes suizos hasta los encantadores lagos rodeados de naturaleza virgen, Suiza es un paraíso para los amantes de los roadtrips.
Con una furgoneta o autocaravana, podrás explorar a tu propio ritmo, detenerte en los miradores más sorprendentes, caminar por senderos que parecen sacados de un cuento y experimentar la auténtica vida suiza.
En este artículo, te llevaremos a través de 5 lugares imprescindibles para visitar en Suiza, perfectos para un viaje en camper. Además, te daremos consejos prácticos para que tu viaje sea lo más cómodo y emocionante posible. Prepárate para disfrutar de una experiencia llena de aventura, naturaleza y, por supuesto, ¡mucha diversión!
Neuchatel

Neuchâtel, ubicada a orillas del lago homónimo, es una parada obligatoria para cualquier viaje en furgoneta por Suiza en autocaravana. Esta tranquila ciudad, conocida por su ambiente universitario, destaca por sus monumentos emblemáticos, entre los que se encuentran: El majestuoso castillo medieval y la iglesia colegial, dos símbolos que nos transportan a épocas pasadas. Además, los amantes del arte y la historia disfrutarán del Museo de Arte e Historia (Palais des Beaux-Arts) y el Museo Arqueológico Laténium, el más grande de Suiza, que ofrece una mirada al pasado de la región.
El cantón de Neuchâtel también es famoso por su rica tradición relojera, representada en el sitio La Chaux-de-Fonds/Le Locle, inscrito como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A lo largo de los lagos de Neuchâtel y Biel/Bienne, se encuentran hermosos paisajes y viñedos que invitan a ser explorados. Para los amantes de la naturaleza, el Creux du Van, un impresionante anfiteatro natural en el Val-de-Travers, es un destino imperdible. No olvides visitar este valle, famoso por el misterio de las «hadas verdes» de la absenta, que añade su pequeña parte de fantasía a la visita.
Appenzell

Appenzell es un encantador pueblo prealpino que, a pesar de su ubicación remota, está perfectamente conectado por carretera y ferrocarril desde ciudades cercanas como Gossau y San Galo. Es un destino turístico popular, cuyo carácter bucólico lo convierte en el lugar total para relajarse tras un viaje a las grandes ciudades suizas. Además, es un excelente punto de partida para explorar la región de Alpstein y el lago de Constanza, especialmente para los amantes del senderismo, con una red de caminos bien señalizados que permiten disfrutar de la naturaleza circundante.
En las afueras de Appenzell se encuentra la famosa fábrica de queso Appenzeller, donde los visitantes pueden descubrir el proceso tradicional de elaboración de este delicioso queso. Durante todo el año, las colinas que rodean el pueblo se convierten en un paraíso para los deportes al aire libre: en invierno, el esquí de fondo es la actividad principal, mientras que en verano, el senderismo atrae a miles de turistas. No puedes dejar de probar las especialidades culinarias locales, como el queso, las salchichas hervidas y el biberli, junto con el famoso Alpenbitter, un licor tradicional de la región.
Grindelwald

Grindelwald no es una casa de Harry Potter, sino más bien una comuna suiza ubicada en el cantón de Berna, en el corazón de los Alpes berneses. A unos 1.034 metros sobre el nivel del mar, esta encantadora localidad se ha convertido en un centro turístico popular desde la época dorada del alpinismo en el siglo XIX. La vista desde Grindelwald es espectacular, con los picos del Wetterhorn y el Eiger dominando el paisaje, creando una barrera natural que invita a la aventura.
La zona es famosa por su conexión con el esquí y el senderismo, siendo un destino perfecto tanto en invierno como en verano. La estación de esquí de Grindelwald, que se extiende entre las estaciones de Wengen y Mürren, ofrece más de 200 km de pistas, convirtiéndola en uno de los destinos preferidos por los aficionados a los deportes de nieve. Grindelwald es también un excelente punto de partida para explorar la región de Jungfrau, con acceso al ferrocarril del Oberland bernés y al famoso tren del Jungfrau, el más alto de Europa.
Cascadas Trümmelbach

Las Cascadas Trümmelbach, situadas en el Valle de Lauterbrunnen en Suiza, son una serie de diez impresionantes cascadas alimentadas por los glaciares de las montañas Eiger, Mönch y Jungfrau. Estas cascadas subterráneas se encuentran dentro de una cueva y son accesibles gracias a un funicular, inaugurado en 1913, que permite a los visitantes acercarse a este asombroso espectáculo natural. El arroyo Trümmelbach es el único río que drena los desfiladeros de los mencionados glaciares, transportando más de 20.000 toneladas de detritos rocosos cada año.
Con un caudal de 20.000 litros de agua por segundo, las cascadas descienden a través de una grieta de la montaña, creando una serie de saltos impresionantes y rugosos que capturan la atención de todos los que las visitan. La zona drenada por las cascadas abarca un área de 24 km², mitad cubierta por nieve y glaciares, lo que contribuye a la impresionante cantidad de agua que fluye por las cascadas. Este fenómeno geológico es uno de los más espectaculares de los Alpes suizos, un lugar imperdible para los amantes de la naturaleza y la aventura.
Zúrich

Zúrich, la ciudad más grande de Suiza, está ubicada en la llanura central, cerca de los Alpes, una urbe que no solo es el motor financiero del país, sino que también se destaca por su altísima calidad de vida. Con un área metropolitana que supera los 1,4 millones de habitantes, Zúrich es conocida por su innovación, cultura y seguridad, siendo una de las ciudades más caras, pero con una infraestructura que facilita el disfrute y la comodidad de sus habitantes y visitantes.
El casco antiguo de Zúrich es un recorrido imprescindible para los turistas, con monumentos históricos como la imponente catedral Grossmünster y la iglesia Fraumünster, famosa por sus vidrieras de Chagall. Además, la Bahnhofstrasse, una de las calles más caras del mundo, invita a disfrutar de tiendas exclusivas y boutiques de lujo. Los visitantes también pueden pasear por el pintoresco lago de Zúrich, y disfrutar de vistas panorámicas desde el mirador de Lindenhof o el monte Uetliberg.